La lectura: fundamento indispensable para responder a los desafíos y retos sociales.

“La lectura simboliza

una puerta hacia el saber

que favorece el crecer

de competencias precisas.

Pues al leer, se analiza,

se comprende , se clasifica,

se infiere, así como también , se explica,

se interpreta, conceptúa,

contrasta, evalúa,

propone y critica

(Angelone, 2003).

La anterior cita relaciona una serie de competencias que se potencian en el ser humano, cada vez que decide leer un cuento, una novela, un texto científico o cualquier otro tipo de texto; describe que implícitamente la acción de leer está dotada de un componente psicológico y emocional; enmarca la consolidación de aspectos que fortalecen los procesos superiores mentales (ATENCIÓN, MEMORIA, LENGUAJE Y ABSTRACCIÓN); pero sobre todo, permite vislumbrar que “desde la perspectiva escolar, disponer de competencias lectoras es fundamental para el aprendizaje, y numerosas dificultades son explicadas por la carencia o insuficiencia de habilidades para leer comprensivamente” (Vallés, 2005).

Ahora bien, hace falta mucho por investigar para comprender total y explícitamente, todo lo que gira en torno a la lectura; sin embargo, si se hace referencia al componente psicológico, se nota que la acción de leer está cargada de una parte moral , (de acuerdo al tipo de personalidad del educando), de un fragmento motivacional (¿cómo se siente el estudiante al momento de leer? desinteresado, apático, animado, entusiasmado), del estado de ánimo (¿cómo se encuentra anímicamente para leer? triste, deprimido, feliz, eufórico), elementos que condicionan el contenido que permite hacer significativo lo que se lee; sin la convergencia de los factores orgánicos (participación de los sentidos sin alteraciones significativas), los psicológicos (alta motivación: intrínseca y extrínseca, adecuado estado de ánimo y personalidad con un alto grado de autocontrol) y los sociales (adecuadas redes de apoyo, trabajo en equipo, ausencia de disfunciones en el entorno donde se aprende); no será posible que el desarrollo de la lectura sea el esperado, puesto que en el aprendizaje humano según Ander, (2008), “lo afectivo y lo instrumental preceden, guían, conducen y determinan lo cognitivo, pero en la vida misma, en la realidad, en la praxis cotidiana, lo afectivo y lo cognitivo determinan lo instrumental, o sea, el comportamiento humano está determinado por el pensamiento, por los sentimientos y por las emociones, pero el aprendizaje óptimo (memoria, imaginación, pensamiento y creatividad) está determinado por las actuaciones, las cuales a su vez dependen de las emociones y sentimientos. Sin motivación no hay actuación, y sin actuación no hay aprendizaje”.

De igual modo, es importante destacar que no solo “a la luz de los ojos” se puede leer, pues al escuchar una canción, al palpar un objeto, al degustar un alimento, al olfatear un aroma, también se están poniendo en práctica competencias propias de la lectura, por lo cual, siempre se está leyendo; sin embargo, es la lectura encuadrada en la academia, la que por su intencionalidad pedagógica favorece competencias, habilidades y destrezas que inciden en el crecimiento personal y en el afianzamiento de las características de un ser competente para el mundo laboral. En tal sentido, la lectura puede considerarse como el enlace entre el conocimiento y el ser que busca responder a los requerimientos del saber, a sus necesidades e inquietudes a las exigencias que implica el abordaje de una situación problema (Pérez, Baute, & Luque., 2018).

Sin duda, la lectura promueve la creatividad, la imaginación, la innovación, y con ello, permite que quien lee, logre interpretar, proponer y ejecutar alternativas que solucionen los desafíos escolares, sociales, científicos, laborales, entre otros; por ello es indispensable que su enseñanza se apoye en aspectos didácticos y metodológicos que favorezcan un aprendizaje significativo, el cual, garantice un ejercicio lector pertinente, habitual, pero sobre todo, que despierte el interés por estudiar los fenómenos que permitan que las ciencias sigan avanzando.

Renny Angelone Blanco

Psicorientador Colegio Metropolitano del Sur